domingo, 1 de febrero de 2009

Aprender juntos, para descubrir juntos.. que no estamos solos...

Es lunes. 8:15 de la mañana. Me esperan, como cada lunes, asomados a la puerta del aula, casi espiando lo que ocurre en el pasillo, la distancia que me separa de la clase. El pelotón de sillas y mesas despiertan tras la noche para que un huracán de adolescencia rompa las filas que, tan ordenadas, parecen haber olvidado el jaleo juvenil del día anterior.

Soy el profe de Naturales, - de verdad, lo firmo cada día (bueno, cada día que me acuerdo de firmar) -. Ahora toca aprender ciencias de la Naturaleza. Conocer el entorno, desde lo más grande, el Universo (casi nada, si es que sólo imaginarlo...) hasta lo más pequeño (¿y cómo será lo más pequeño, eso que “los que lo saben todo” llaman moléculas, átomos?), comprender cómo empezó todo (si es que empezó de alguna manera), qué son las células, la fotosíntesis (¿y por qué todas las plantas son verdes? ¿y por qué no rojas, o moradas?), ¿qué comen los saltamontes? y, ya puestos, ¿qué es la vida?.
Soy el que les da Naturales. Nos despertamos, respiramos, comemos (el libro lo llama nutrición). Nos movemos, lo hacemos porque tenemos energía (y qué es la energía, ¿y la materia?) – ya les contaré que materia y energía es casi lo mismo, ¿vale Einstein?, ahora no que son de “primero” y es que lo pienso y no lo creo -, ¡pero qué bueno, pensar!. Pienso en lo que nos rodea, en los árboles, en las montañas, ¿dónde está hoy la Luna? ¿por qué esta niebla, deslizando su cargamento de humedad por el valle? ¿niebla o inversión térmica (tengo que acordarme de decirlo en bachillerato, está ahí tras la ventana)? ¿quién dijo que no existen los colores?
Y están los otros seres vivos, dando vueltas y vueltas conmigo en este planeta azul. Sí, aquí, girando, pero no parece, pero les contaré que sí, que es verdad, pero que no nos damos cuenta, como de otras muchas cosas... y que para eso están las Ciencias Naturales... a ver si me creen...
Mejor no se los cuento... mejor lo monto todo para que puedan descubrirlo... porque es lo que tendrán que hacer para seguir aprendiendo... y como no estarán solos (porque no les deseo que estén solos) podrán descubrirlo juntos...

Tres o cuatro juntos forman un equipo, ¿seis equipos? ¿y ese chico nuevo? ¡saldrá bien!. Pues vale. El carrito de libros, los periódicos, ¡olvidé pedir el aula de informática! ¡hola, Loli! verás.. ¿el fin de semana? – uuuuaaahhhh!!! (la campana)- pues que iba a decirte que si tienes algo muy importante que hacer en el aula ese, con los ordenadores... es que el aprendizaje cooperativo es lo que tiene, que andas pensando en tantas cosas...
Se nota que es lunes, (¿por qué me parece que sólo es lunes para mi?). Holas, llaves, tablón de anuncios, ¿mañana Consejo Escolar? La PDA, firmo, ¡ayer granizó, no veas!, ¿el teatro? ¡tía, te lo perdiste!. (Entro en clase) ¡Hola! listas, faltas, firmo, la wifi, ¿qué pasa con la wifi?... , ¿QUÉ TAL EL FIN DE SEMANA? ... y empieza todo.

1 comentario:

  1. ¡Excelente narración! Me animas a rescatar del olvido el estilo narrativo y darle su lugar en la escuela, asediada por la exposición y con carencias de relatos, diálogo y argumentos.

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