martes, 3 de marzo de 2009

Educación para la creatividad


2009 es el año europeo de la creatividad y la innovación. Aprender de forma cooperativa representa dotar a la clase de un modelo organizativo diferente que invita, entre otras cosas, a la colaboración y a la autonomía en las tareas de aprendizaje. Y es también una forma de trabajo que facilita la formulación de nuevos fines y el desarrollo de nuevas capacidades y actitudes entre el alumnado y sus educadores.
La creatividad es una característica del ser humano, dormida y encerrada bajo llave casi siempre. Cuando se trata de eliminar cualquier atisbo de iniciativa y creatividad, la Escuela muestra su lado más eficaz. Las programaciones didácticas cerradas, las normas que no admiten excepciones, el trabajo docente excesivamente directivo, y en definitiva, las formas de la escuela tradicional, que siguen configurando la práctica educativa actual en buena parte de la educación secundaria, se encargan de ello.
A menudo, propongo a los alumnos y alumnas una experiencia. Les pido que dibujen un objeto en sus cuadernos (una flor, un árbol, una casa...). Tras un par de minutos les invito a que muestren sus dibujos al resto de la clase. Todos se parecen, son casi idénticos.
Los chicos y chicas del primer curso de la ESO, con frecuencia, demandan precisas instrucciones sobre la forma en la que deben realizar las tareas. Suelo pedirles que lo decidan ellos valorando las ventajas y los inconvenientes de las distintas opciones, aunque me devuelven una mirada de extrañeza. Sin embargo, aún se sorprenden, muestran curiosidad, aún quieren conocer cosas que van más allá de lo que pretendo enseñarles.
Muchos alumnos y alumnas de bachillerato tienen dificultades para opinar, rara vez muestran posturas diferentes y personales ante los temas que más preocupan al ser humano, rara vez se arriesgan a hacer un trabajo de un modo diferente, diferente a lo de siempre. ¿Qué les ha pasado? ¿cómo lo hemos conseguido?
Con frecuencia, incluyo en la propuesta de tareas de aula la condición de que los trabajos de clase deben ser expuestos de un modo diferente al tradicional. El problema es que la escuela, las aulas, en su organización y dotación, no siempre están listas para proponer modelos de trabajo diferentes al tradicional, así que mi petición se convierte en una cascada de dificultades.
Con todo, hay que valorar las actividades e iniciativas que muchos docentes proponen y consiguen llevar a buen término, al margen de la actividad académica, que traen un valiosísimo aire fresco a la actividad cotidiana programada, plantando cara valientemente a la poco flexible estructura escolar.
La creatividad posibilita la originalidad, las nuevas propuestas, facilita sentirse cómodo con el riesgo que acompaña al cambio, y es motor de transformaciones en la cultura, las costumbres y la historia. Educar para la creatividad implica crear atmósferas creativas donde esta cualidad pueda surgir tanto en trabajos individuales como grupales. Para ello, las tareas deben tener “huecos”, dejar espacios para la aportación personal, el riesgo ante nuevos retos que derive en una inclinación hacia el cambio.
Pues pasa, y ocurre en tiempos de crisis, que la Comunidad Europea cree, por razones económicas y sociales, que el desarrollo de esta cualidad humana es esencial para afrontar los desafíos de nuestra cada vez más compleja y dinámica sociedad. En un documento, lo expresa así:

“La creatividad es una característica humana que se manifiesta en muchos ámbitos y contextos, desde las obras de arte, diseño y artesanía hasta los descubrimientos científicos y el espíritu de empresa, incluido el espíritu socioempresarial. El carácter pluridimensional de la creatividad implica que los conocimientos pueden ser la base de la creatividad y la innovación en un amplio abanico de ámbitos diferentes, tanto tecnológicos como no tecnológicos. La innovación consiste en la correcta aplicación de nuevas ideas; la creatividad es una característica sine qua non de la innovación. Los nuevos productos, servicios y procesos, o las nuevas estrategias y organizaciones, requieren que las personas generen nuevas ideas y asociaciones entre ellas. Por eso, competencias como el pensamiento creativo o la resolución avanzada de problemas son esenciales tanto en el ámbito económico como en el social o el artístico”.

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1 comentario:

  1. ¡Buenísimo, amigo! Es un orgullo compartir blog contigo.

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